martes, 30 de noviembre de 2010

Arroceros de Calabozo*

Las cosas están, objetivamente, igual que el año pasado, sólo que ahora no nos podemos quejar porque el equipo se gastó una buena parte del presupuesto en contratar al mejor técnico del mundo, así que, subjetivamente, las cosas parecen ir mejor. Quizás por eso yo estaba confiado en que no íbamos a perder (y menos tan feo), pero como el resto de los fanáticos, me equivoqué.

Lo cómico (lo único) fue el camino que recorrí para plantarme frente al televisor a las 3:28 PM., justo cuando anunciaban las alineaciones: abandoné mi oficina cuando el reloj marcó las tres y, como si estuviera previamente ensayado, todos los que me despedían le echaban una ni-tan-disimulada ojeada a su reloj. Pero qué coño, pensé, si vamos a ganar que importa que me echen una regañadita mañana, total… así es el trópico, y aquí, de unos añitos para acá, poco importa si tienes o no tienes abogado. Así arranqué bajo la lluvia —que recién cesó hoy al mediodía con una buena cifra de damnificados a cuestas— y llegué a mi casa a tiempo para el Súper Clásico (previo embarque de los innombrables).

Que a los veinte minutos fuéramos perdiendo por dos estuvo lejos de ser una casualidad. Allí me dio por picar queso y buscar otra cerveza. Luego vi un rato más y tuve que contraer tantas veces los esfínteres que opté por tomarme una sopita de topocho con malta. Para el segundo tiempo (con tres Soleras de las verdes encima) estaba esperanzado en que si metíamos un gol manteníamos alguna chance. Al fin y al cabo tenemos al mejor técnico del mundo; escondido y con cara´e culo, pero igual, el mejor técnico del mundo. Al final nada, el gol llegó, pero otra vez para el Farça. Le di al botoncito de INFO de DirecTV a ver si es que el rival era Arroceros de Calabozo, pero no… la triste realidad es que, objetivamente, el Madrid jugó una mierda.

De todas formas todavía queda liga, así que ¡Hala Madrid!


(*) Ah sí, Calabozo tiene un equipo de fútbol profesional.
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