martes, 22 de febrero de 2011

El síndrome de Michael


¿He dicho que me voy? Creo que varias veces, y si lo repito es porque comienzo a ponerme ansioso. Estoy aburrido (por no decir harto). Siento que cada día entiendo menos las cosas que pasan, o quizás nunca las entendí, pero por lo menos tenía paciencia para sobrellevarlas. En fin, cuando no entiendo o se me acaba la paciencia me aburro.


Esta mañana una tipa vulgar con su correspondiente rubio oxigenado —y que ejerce un cargo público porque a este país se lo llevó el demonio— me exigió que no desacreditara a “la víctima” del caso. (Esto, les advierto, es muy parecido a lo que me pasó con el comentario al artículo de Pablito). Yo no desacredité a nadie, si una persona percibe la realidad de una manera distorsionada (si es empleada y se cree jefe, si es el cacho y se cree la esposa, si es blanca y se cree negra, o menudencias como esa) es porque tiene problemas psicológicos. No puedo saber cuáles, porque no soy psicólogo, pero no tengo que serlo para saber que la doña tiene problemas. Entonces, si yo digo por escrito u oralmente que la señora que se dice víctima lo qué es, en realidad, es una persona con problemas psicológicos, no la estoy desacreditando sino señalando un hecho que es cierto.

Claro, esta conversación la tuve con una persona que es afrodescendiente: morena, gordita, pelo malo y nariz chata (todas estas características que a mi me parecen absolutamente normales), pero que se pinta el pelo más amarillo que Shakira, se lo alisa y se mandó a respingar la nariz. Lo cual me lleva a suponer que, al igual que “la víctima”, también tiene algún toquecito en la azotea, no porque quiera verse mejor, algo que sería incapaz de criticar, sino porque su concepción interna de la belleza es ajena a sus verdaderas condiciones, a su realidad. Ergo, para asumirse atractiva necesita modificar su apariencia hasta acercarla al fenotipo de una mujer rubia. Esto es producto de un problema psicológico.

Cuando le tratas de explicar a alguien que tiene complejos similares a los de Michael Jackson, que un tercero (la supuesta víctima) distorsiona los hechos y habitualmente miente para estirar la realidad y adaptarla a sus intereses, es casi imposible que te entienda; sencillamente no tiene las herramientas suficientes para entrar en razón porque, de hecho, se identifica con el trastornado, padece de lo mismo.

Entonces, lo que debería ser una conversación normal se vuelve una repetición interminable porque en alguna parte tenemos grabada la idea de que si explicamos lo mismo varias veces al final nos haremos entender. No es cierto. Se los digo.

La reunión de esta mañana se redujo a una vulgar cayapa: dos contra uno, o tres, porque la ignorancia actúa como un tercer enemigo. Son las cosas que no entiendo, que no pretendo aceptar y que en definitiva me llevan a largarme.


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1 comentario:

  1. La foto está editada para hacerlo ver pálido. Como consta en el informe de la autopsia, El sufría de una enfermedad irreversible llamada vitiligo, que despigmenta la piel. Jamás renegó de su raza solamente estaba enfermo. Existen muchas fotos donde se aprecia las manchas obscuras en sus piernas, brazos.y cara, las cuales cubría con maquillaje y usando mangas largas así como el cubre bocas. Antes de juzgar favor de investigar. Gracias.

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