martes, 14 de febrero de 2012

Coby reloaded


Ahora que estudio en el exterior comprendo que estudiar en el exterior está sobrevalorado. Tanto aquí —en el primer mundo—  como allá —que ya no es ni el tercero—, ocurren las mismas cosas: los profesores te califican como quieren, te cambian las reglas de evaluación  y cuando estás caminando en la cuerda floja… te soplan (no para tumbarte, sino para que sientas un poquito el vértigo de la altura). En cuanto a los alumnos, aquí y allá siempre hay un idiota que les jala bola a los profesores, no para pasar, sino porque disfruta el acto de jalar los testículos ajenos. Tampoco es un monopolio de nuestra herencia indígena tener pendejos que se la pasan preguntando sandeces sólo para destacar (el pendejo de mi pregrado se llamaba Coby, por cierto). Así las cosas, mal podría andarme con complejos sudacas ante las nuevas circunstancias —que son idénticas a las viejas pero con más caché— cuando nada ha cambiado: sigo pasando las materias por los bigotes del gato; sintiendo los soplidos de mal aliento por cada paso que adelanto en la cuerda floja; declarado asocial, ratificado impopular; más de lo mismo pero más viejo; igual pero muerto de frío en invierno; pelando bolas como siempre pero en otro idioma. 


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