lunes, 22 de marzo de 2010

El fin de los recuerdos


No me percaté de su presencia hasta que apagó la música. Volteé y estaba acomodándose en una silla frente al mesón de la cocina. No dije nada. Ella tampoco. Nada nuevo, pensé. Así había sido desde que descubrió las fotos: una competencia por ver quién hería más con su ausencia, con el silencio, con lo que fuera. Yo siempre ganaba, aunque no me enorgullezca de ello. Cuando comenzó a buscar algo en su bolso me volteé y seguí en lo mío: adobando el bife para la parrilla. Está loca si cree que le voy a seguir el juego viendo su numerito de fumadora depresiva, pensé. En eso me dijo: "voltea", y yo sonreí de saber que la había doblegado otra vez; de que tuvo que hablar para exigir atención. Comencé a silbar, sonriente. Luego escuché el disparo y sentí un calor intenso en la parte de atrás de la cabeza. Desde allí no recuerdo más.




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3 comentarios:

  1. Ajajajaja...mujer dolida, peligro latente... Me encantó la narración, sencilla e irónica.
    Beso :)

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  2. Pana, esto está muy Patricia Highsmith...muy bueno Tommy. Felicidades por tu blog, desde hoy lo seguiré desde el mío.
    Un abrazo

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  3. ...traigo
    sangre
    de
    la
    tarde
    herida
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazón
    para
    invitarte
    y
    darte
    este
    alma
    que
    viene
    para
    compartir
    contigo
    tu
    bello
    blog
    con
    un
    ramillete
    de
    oro
    y
    claveles
    dentro...


    desde mis
    HORAS ROTAS
    Y AULA DE PAZ


    TE SIGO TU BLOG




    CON saludos de la luna al
    reflejarse en el mar de la
    poesía...


    AFECTUOSAMENTE
    LA MADRIGUERA DEL MINISTRO

    ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE EL NAZARENO- LOVE STORY,- Y- CABALLO, .

    José
    ramón...

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