jueves, 22 de noviembre de 2012

2



Anoche soñé contigo —que no sueñas conmigo, porque ni me hablas—, que me reclamabas por eso que ya sabemos, pero lo hacías de una manera indirecta como si yo no estuviera allí, mientras mi emoción crecía ante la incredulidad de ser el objeto de ese reclamo. Me defendí como pude, indirectamente, como si no estuvieras allí, pero no llegamos a nada, como siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario